viernes, 27 de enero de 2012

Navidades invernales en España

El vuelo hacia la Navidad, aunque con varias paradas, fue muy bueno. La primera parte estuvo sumamente amigable, el avión estaba lleno de gente conocida que viajaba a pasar fiestas con la familia, incluso encontré a Flavia, una amiga peruana con su familia en pleno. Esto me hizo recordar la época universitaria  cuando todos regresábamos a casa y el viaje hacia el norte iba lleno de chepenanos.

La primera parada, Jo'burg, fue un poco larga, sin embargo permitió coincidir con nuestros amigos de viaje para intercambiar fotos, darnos los saludos navideños y decir hasta la vuelta. Allí también hicimos las compras de las delicatessen sudafricanas: biltong, que es carne seca, sí, tipo charqui, pero de res, avestruz, kudu, impala, es decir, de animalitos de la sabana africana.

Segunda y breve parada: Munich y al fin nuestro destino: Madrid. El padre de Héctor ya nos estaba esperando, abrazos cariñosos, besos y nuevamente en ruta hacia Palencia, previa parada en Boceguillas para un tentempié. Llegamos a casita y la madre de Héctor tenía todo preparado para pasarla súper bien.


El 23 por la tarde fuimos a Madrid para reunirnos con los primos; ese día salimos a tomar tapas y al 69 Pétalos; al día siguiente cena de Noche Buena. El 25, tapas, paseos por esta hermosa ciudad, tapas y almuerzo. El 26, tapas y visita al Hermitage-Museo del Prado y por la noche ya estábamos volviendo a Palencia.

Serían las tapas las causantes de los 2 kilos que traje de sobrepeso?.



Desde Palencia hicimos una visita especial a Zamora. Angel y Ana María, una gran pareja y mejores amigos, después de luchar mucho, tuvieron a sus mellizas; para mí fue un momento muy especial verla de madre y cargar a las pequeñas, son un encanto, un milagro de valor.

Aprovechamos la visita para almorzar en una casa rural muy conocida en la zona: La Tuda. Los dueños son una pareja de ella peruana y él español; tienen una comida buenísima, de purita inspiración peruana. Junto a los padres de Héctor y a los dueños de la casa rural pasamos un gran momento recordando historias comunes. Tratamos de alargar lo más que se pudo la estancia en Zamora, pero ya era tarde y había que volver, un interminable abrazo, palabras de cariño, un largo hasta pronto y un gran suspiro pusieron fin a la visita.


Vino el 30 de diciembre y la cena tradicional con los amigos de Héctor. La Nochevieja en casa, gran cena, los mejores deseos, las uvas, feliz año, la cinta roja, verde y amarilla y todas las cábalas para recibir el 2012. De allí todo fue muy rápido, de pronto ya nos encontrábamos de vuelta hacia el aeropuerto, besos, despedidas, vengan a visitarnos y listo a volver vía Frankfurt y Johannesburgo.

Como ya es normal en estos vuelos llegamos sin maletas, lo cual ya no nos preocupa, suele pasar: this is Africa.






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