jueves, 29 de diciembre de 2011

Día 5 y 6 al fin sobre volamos y enrumbamos a Kasane

Nuestros ruegos dieron efecto, el día amaneció despejado. Rápidamente tomamos desayuno y vimos la ruta que teníamos para ese día, algo más de 200k, demasiado rápido coincidimos que 3h serían suficientes y nos fuimos hacia el aeropuerto.

En la agencia ya nos esperaban con todo preparado, pasamos los controles y una vez en la pista saludamos a los pilotos y a volar. A 150m de altura no es muy fácil distinguir lo que hay en la tierra pero los elefantes e hipopótamos sí lo son.

El vuelo no sólo da la posibilidad de ver animales, sino que se puede apreciar una parte del Delta del Okavango, islas, zonas pantanosas, otras más secas, también especies de lagunas, ríos estrechos y meandros de totorales, una naturaleza salvaje y hermosa y para mi nunca antes vista.


Luego de 1h aterrizamos y fuimos a tomar un café y alguna cerveza, que aunque recién las sirven después de las 12, los mozos se apañan bien para hacerlo. Como teníamos tiempo no apuramos con la cuenta pues los comentarios del vuelo, el intercambió de fotos, vídeos y experiencias nos tuvo muy entretenidos.

Nuestro próximo destino Kasane, atravesando el parque Chobe. El inicio del camino fue muy bueno, pero pocos kilómetros después comenzó a llover, el asfalto terminó y la trocha estrecha, húmeda y resbalosa se apoderó. En este camino existen algunas entradas para los lodges y lo aconsejable es parar para preguntar qué camino tomar y para tomar algún refrigerio.

Todos estábamos muy concentrados en el camino, de pronto vimos un elefante y habituados al parque Kruger donde todos los animales están acostumbrados a los hombres, bajamos las ventanillas y listos a fotografiar, la gracia nos duró poco y arrancamos veloz, no más de 30k/h, al ver que el elefante movía las orejas, la trompa y barritaba. Unos metros más allá encontramos a toda la manada, así que ya teníamos elefantes por los 4 puntos cardinales. Nos tocó esperar pacientemente hasta que los animalitos avancen y nos dejen el camino, que en ese momento ya era un lodazal.


Aparecieron cebras y una nueva manada se nos atravesó, esta vez búfalos, pasamos igual o mayor miedo, pues la lluvia se había intensificado, el camino cada vez más estrecho, más lodo y el atardecer venía. De pronto vimos la luz, asfalto de verdad y el camino dejó de ser salvaje y pasamos a otro tipo de naturaleza, esta vez los embondeiros o baobabs nos acompañaban por todo el camino.


Ya de noche y cerca de nuestro destino, tuvimos que parar pues una manada de elefantes y otra de búfalos cruzaban el camino y unos minutos más tarde pasó corriendo una hiena enorme.


Esa noche llegamos exhaustos, hicimos el check in en el Thebe River Lodge, fuimos a cenar y a dormir, sin alarma, hasta que el cuerpo lo necesite.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Navegando por el Delta del Okavango

Tuvimos que despertar temprano, el tour empezaba a las 8:00 y no habíamos reservado, por suerte no es temporada alta y para 4 personas es fácil que abran una visita completa.

La primera sección del río la hicimos en lancha a motor, después de más o menos 45' llegamos a la comunidad nativa para empezar el viaje por el delta en mokoro. Estas embarcaciones fueron originalmente hechas del tronco de un árbol, ahora las compran, pero guardan el mismo aspecto que las auténticas; cada una de estas balsas es para 2 pasajeros y un remero, el traslado es tipo góndola pues el remo es un palo largo que se apoya en el piso de los estrechos canales, que no llega a más de 2m de profundidad, y empuja la embarcación por estrechas vías llenas de juncos y lilywater, una especie de nenúfares; la travesía es lenta, muy calma y extremadamente relajante hasta la llegada a una especie de isla donde desembarcamos.

Las personas que toman el tour por varios días llegan a esta isla y se levanta el primer campamento, nosotros sólo dimos un paseo. En el trayecto el guía nos iba instruyendo sobre qué hacer si un búfalo

nos atacaba, ¡subir al primer árbol!, nos miramos entre nosotos pues el primer árbol estaba bastante lejos de la ruta que seguíamos, que por otro lado no podíamos salir pues había muchos escondrijos huecos de jabalíes, osos hormigueros, serpientes que, logicamente, podían atacar si pisábamos su casa. Con el león había que pararse y mirarlo a los ojos, con el elefante había que correr y salir de su camino; con todas estas instrucciones en inglés de Botswana, la caminata se nos hizo larguísima hasta llegar a un estanque, donde afortunada o desafortunadamente, no había animales, divisamos con los binoculares algún impala y regresamos a la playa con nuestros mokoros y tomamos un refrigerio.

Lo usual, cuando el delta está más lleno, es ver hipopótamos, pero esta vez no vimos nada, sólo al regreso nos paramos haciendo equilibrio sobre las balsas para ver unos elefantes. Nosotros queríamos volver rápido pues teníamos la ilusión de sobrevolar el delta.

Llegamos a la villa y bajamos invitados por los balseros a tomar una cerveza, así lo hicimos y vimos cómo construían una de las casas y también a los pobladores, todos vestían de manera totalmente occidental.

El camino de regreso en la lancha rápida fue divertido, vimos las actividades de ocio en el río, balsas grandes con bebida y comida, grupos grandes bañándose, haciendo esquí, es decir aprovechando el río, la mayoría de ellos eran blancos, boers.

Ya en la ciudad, nuevamente fuimos al aeropuerto, pero el cielo estaba cerrado, así que nos pusimos a rogar para que al día siguiente, antes de la partida a Kasane, pudiésemos sobrevolar.

Esa noche, para que no nos invada la tristeza, fuimos a un restaurante que nos recomendaron el día anterior, el Tamalakane. La comida, bebida, decoración, todo estuvo increíble, delicioso, no sólo porque lo fue sino también por lo inesperado de la existencia del nivel gastronómico.

lunes, 19 de diciembre de 2011

Días 3 y 4, Maun y que el tiempo nos acompañe

Lo primero que hicimos al llegar a Maun, una pequeña ciudad de estilo anglosajón, con mall, main street y zona residencial dispersa, fue ir al aeropuerto ya que nuestra intención era volar sobre el Delta del Okavango, uno de los escasos fenómenos naturales donde el río termina intempestivamente y no llega al océano.

El mal tiempo hizo que nos dedicáramos a limpiar el barro del carro, comprar algunas artesanías, visitar tiendas, todo esto intercalado con la toma de café en el Bon Arrivée y visitas sucesivas al aeropuerto que por suerte está situado en pleno centro; el tiempo continuaba igual y la oscuridad del día ya nos anticipaba que ese sábado no volaríamos.


Ya que no pudimos ver el Delta nos dedicamos al tour bar en busca de uno que abriese hasta tarde (aquí todos cierran a las 11 ó 12 de la noche) para ver el Barça - Real Madrid. Empezamos en el Maun Lodge y seguimos al Sports Bar, allí conocimos a un mozambiqueño encantador que nos llevó a Old Bridge Backpackers, muy recomendable, conocimos a unos australianos y a una miss mundo de padre noruego y madre de Botswana, muy guapa. Después de comer unas pizzas y ante la desesperación del público masculino, nuestro nuevo amigo nos abrió las puertas de su casa para ver el dichoso partido.


El balance del día fue bueno, ninguna visita estrictamente turística, pero compartimos con mucha gente encantadora, el Barça ganó, la noche fue larga y el descanso placentero en nuestro Crocodile Lodge, quedamos listos para navegar en Mokoro y pasar nuevamente por el aeropuerto, claro está.

Bitácora del viaje día 1 y 2 en Rakops (Central Kalahari), Botswana

Salimos de Maputo el miércoles 7 y bastante entrada la noche nos quedamos a dormir en el Protea Mokopane, Sudáfrica. Al día siguiente desayuno boer con salchichas, papas fritas, huevos, bacon, chicken liver piri piri, y todo lo demás que entra en el concepto de "saludable"; fue recién en este momento cuando ya nos sentimos de safari.

La frontera por la que atravesamos a Botswana es Grobler's Bridge, poca gente, muy ordenado, todos muy amables. Continuamos camino hacia Serowe, donde almorzamos, y donde pedimos permiso a los apus, pacha y cocha para que nos ayuden en este viaje. Seguimos vía llena de vacas, burros, cabras y algunos caballos sobre un terreno que parecía césped recién cortado con algunos árboles salpicados que me hicieron recordar a los algarrobos del norte.

Todo el camino nos acompañó la lluvia, común en esta temporada de verano, hasta que llegamos al Xere Motel Rakops, donde nos cayó una de las tormentas eléctricas más sonoras que nunca haya sentido. Las afueras del motel parecían piscinas, así que llegamos empapados a las habitaciones, mojados pero muy emocionados por la visita al día siguiente al Kalahari.

Emprendimos ruta muy temprano, estaba lloviznando pero nos dábamos ánimo pues pensábamos que el desierto, que no es tal, estaría con la arena más compacta, en parte así fue y en parte no; tuvimos que atravesar grandes charcas de agua en un terreno muy resbaloso hasta llegar a la puerta de Matswere.





Una vez pasada la entrada quisimos hacer un circuito que empezaba en Deception Valley, una zona muy amplia que más que desierto parece sabana aunque con menos hierba; allí encontramos algunos pocos animales, búfalos, kudus e impalas, mi intención era fotografiar a un suricato por pedido de mi sobrina, pero sólo me encontré a unas ardillas o tal vez mangoose. Continuamos el safari, pero la lluvia se intensificó y por prudencia tuvimos que volver y qué bien que lo hicimos, pues oscureció muy rápido y el camino estuvo verdaderamente complicado, nos salimos dos veces de la carretera y nos atollamos una vez, pero con Hannibal, ese es el nombre de nuestro vehículo, y a menos de 30km/h, el peligro estuvo relativamente bajo control.

La experiencia de adentrarnos un poco en el Kalahari nos abrió la puerta grande de entrada a las siguientes aventuras de nuestro safari; ese día dormimos temprano ilusionados con la siguiente visita al Delta del Okavango, la previsión era sobre volar en avioneta y entrar al delta en mokoro.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Botswana, Zambia y Zimbabwe. El viaje

Después de hacer las pesquisas con amigos, internet, libros y mapas, decidimos emprender viaje hacia el centro del Africa Austral. Somos 2 parejas, varios destinos y 5 países en 12 días. 

Al comienzo sólo sabíamos que teníamos que salir de Maputo y que el viaje debía empezar máximo el 8 de diciembre, para volver antes del 20 y subirnos a un avión rumbo a la Navidad en España.

Tras varios días de reunión que terminaban en comilonas, decidimos que debíamos ir al norte del Kalahari, Delta del Okavango, Chobe, Moremi, Cataratas Victoria y Gran Zimbabwe y así lo fuimos definiendo; al comienzo, en una pizarra con tiza a lo antiguo pero efectivo, ayudados por los mapas y finalmente las distancias y coordenadas fueron buscadas en Google Earth y actualizadas en el GPS, a lo moderno.


Las reservas de los lodge o camping así como ingresos a los parques naturales lo hicimos por internet. Después vino la búsqueda de 2 llantas de repuesto, 2 palas, depósito extra de gasolina, kit reparador de pinchaduras, botiquín, agua (40 litros por persona exigen en el Kalahari), 2 lámparas, algunas reservas de comida, mucha música en USB, un champagne (un miembro de la tripulación cumple años), un/mi pisco para pedir permiso a los apus y poca ropa pero larga para evitar al mosquito de la malaria y la mosca tse-tse.

El itinerario empieza y termina algo ajustado, pero lo cumpliremos. Faltan 1.5 días, QUÉ EMOCIÓN! me encanta la naturaleza y viajar en carro.

Finalmente, saldremos el miércoles 7, gran paliza, casi 1000k hasta antes de la frontera de Sudáfrica y Botswana, no hemos reservado, pues no sabemos en qué parte del camino nos atrapará el cansancio.



Día 1 y 2: Botswana, Kalahari Norte y dormiremos en Rakops
Día 3 y 4: Maun, Delta del Okavango, sobrevolar en avioneta, Moremi
Día 5 y 6: Kasane, Parque Chobe
Día 7: Zambia, Cataratas Victoria, sobrevolar en helicóptero
Día 8: Zimbabwe, Cataratas Victoria, bungi jumping y rafting
Día 9: Parque Hwange
Día 10: Gran Zimbabwe
Día 11: Esperamos llegar a dormir en Graskop, Sudáfrica, pero como no sabemos aún no tenemos reserva.
Día 12: Si todo va como lo planificado, llegaremos de vuelta a Maputo el 19 de diciembre.

Sólo me falta preparar la mochila, cargar la batería de la cámara y listo.