lunes, 13 de febrero de 2012

Marrabenta: Tocar ou dançar até rebentar

La primera noticia de esta música me vino en la forma del comboio de la marrabenta, se trata de un tren que hace regularmente el recorrido de Maputo hacia Marracuene, pero que los 2 de febrero se convierte en un tren festivo, que cada año está más atractivo y es uno de los eventos cumbre del Festival de la Marrabenta.

Este año tenía muñecos gigantes dando la bienvenida en la estación y dentro, además de los músicos con sus guitarras, instrumento básico de este género, estaban unos jóvenes con tambores, llamados n'gomas que animaron todo el viaje, sólo 30k, pero que duró casi 2 horas, aunque fuese día de Festival el tren tenía que cumplir con todas las paradas. 

La danza no se dejó esperar y varias chicas se animaron a bailar y algunos chicos también, aunque no era propiamente marrabenta, definitivamente el ambiente estuvo muy animado.

Al llegar a Marracuene, pasadas las 15:00 nos juntamos en una barraca el grupo latino, formado por 3 venezolanos, Héctor y yo, luego crecimos con una italiana, una chilena, un nicaragüense, luego unas cantantes de Swazilandia y por supuesto muchos mozambiqueños que nos animaban a tomar canhú, una bebida hecha del fruto de cajú o anacardos. La verdad es que probé, pero creo que aún no estoy preparada para este trago, así que me mantuve fiel a la chela o cerveza.

La tarde avanzaba y los grupos iban desfilando por el estrado, así que fuimos al pleno concierto, muy divertido, la gente bailaba, bebía, en realidad este día se bebió mucho, una experiencia que repetiría por tercera vez. Aún con los problemas de no encontrar baño, de sortear obstáculos en medio en un piso arenoso, creo, es la forma de estar un poquito en la piel de Africa.

Si se animan a bailar, les puedo decir que la marrabenta es un ritmo que tiene de africano pero mucho de latino. Es un ritmo suburbano que honra la diversidad cultural. Nació a mitad del siglo XX, en el barrio de Mafalala, que se caracterizó por albergar a personas de diferentes etnias que venían a vivir cerca de la capital en busca de futuro, habían comunidades de Comores, China, Paquistán, Grecia, India, Madagascar, Cabo Verde, Guinea Bissau y Goa. Fueron los mestizos quienes moldearon este nuevo ritmo que en el inicio se tocaba con una guitarra de 4 cuerdas y se hacía con tanta pasión que hasta reventaban las cuerdas, de allí el nombre. Los grandes de esa época son Fany Pfumo, Djindji Dilon y Eyuphuru.


Pilanesberg, naturaleza y animales

Pilanesberg, 572 k cuadrados de una naturaleza que ha nacido alrededor de un cráter de volcán y que no sólo aloja flora y fauna, sino que tiene una gran riqueza arqueológica y geológica, de la época del hierro. Pero lo nuestro es la fauna, porque lo otro lo dejo a los muy entendidos.

A los pocos minutos de entrar al parque vimos a la mamá rino con su hijo rinocerontito, bellísimos. Aunque mis favoritos son los hipos, me encantan todos estos animales sin pelo. De pequeña tuve los perros peruanos y para mí, aunque sé que poca gente comparte esta apreciación, son los más lindos e inteligentes; y este rinocerontito me hizo recordar a los perros calatos, ganas no me faltaron de cargármelo, misión imposible, porque ya nacen pesando más que yo.


Más allá vimos a los red hartebeest, en actitud de juego, pelea o entrenamiento, aún no conozco mucho las costumbres de estos antílopes, pero sé que son propios de la sabana seca y que tiene 12 subespecies.

Lo que sí puedo decir a ciencia cierta es que vimos a un elefante macho, machaso, no por estar frotándose la espalda, sino por lo que 2 minutos antes tenía afuera; imagino que debe ser así para poder asegurar la continuación de la especie, en todo caso sorprendente y con vida propia.

Continuamos atravesando el parque y con la ayuda del guidebook vimos que había unas represas pequeñas y decidimos visitarlas. Éstas tienen unas cabañas prácticamente sobre el agua desde donde se puede apreciar la vida animal relacionada a este medio.

Estos espacios cuentan con servicios básicos y son muy calmos y absolutamente relajantes, ideales para ver aves como el lessor streped swallow, es relativamente fácil saber el nombre de estos pájaros pues las cabañas tienen las fotos de las especies que se pueden encontrar en la zona. Desde allí tuvimos la oportunidad de ver a unas cebras que corrían a 2 wild dog que estaban acercándose a una cría.

Cuando eran cerca de las 4pm y sin almorzar, decidimos ir a uno de los lodges, Manyane; nos gustó y esa noche dormimos allí. Pero, el día no había concluido y salimos al safari de la tarde. Nuestra ilusión, como casi la de todos, es ver felinos y lo logramos, vimos a 3 leonas que habían cazado un ñu, las 3 estaban echadas agotadas de la caza o saciadas de comer, solo veíamos las orejas y las colas, hasta que una decidió dar un paseo y la pudimos ver en todo su esplendor, aunque lenta al andar, era imponente.


Luego vimos elefantes, más cebras con blue wildebeest, impalas, jirafas, springboks y un klipspringer, que son los antílopes más pequeños que existen.


Regresamos más allá de las 8 pm, con lluvia, había muchos impalas cerca del estacionamiento. Al poco tiempo empezó una fuerte tormenta con unos truenos!!! eso parecía bombardeo de película, he de admitir que les tengo mucho respeto, mejor dicho mucho miedo.

Al día siguiente, nos despertamos muy temprano, el lodge parecía un gran lago. Cargamos todo, fuimos a desayunar, y de allí empezamos a volver. Atravesamos nuevamente el parque, muchos de los caminos estaban cerrados por precaución, y vimos 3 familias de jirafas, habría más de 20, nunca vi tantas, y como aún llovía algunas estaban acostadas, sólo se les veía los cuellos.

Ese día vimos jirafas incluso cerca de la carretera que está pasando la ciudad de Nelspruit. Llegamos a casa en la noche, pero igual nos reunimos con unos amigos para terminar nuestra "padrinada", con pizza por supuesto.

Aunque quise estar despierta para recibir mi cumple, fue imposible, pero a las 12 mis mamás me llamaron de Chepén, Qué gran sorpresa, qué alegría, gracias por ese detalle!












miércoles, 1 de febrero de 2012

Sun City: qué tal city!

Luego del primer asombro al llegar, puertas de entrada y salida para residentes y no residentes, con vigilancia y garita de control, seguimos con el segundo y tercer, y .... asombro. Es decir, entramos a una "ciudad", de la provincia de North West que en realidad es un complejo hotelero bárbaro. En 1979, fue inaugurado en una zona que era independiente de Sudáfrica, eran épocas del apartheid, pero esta zona tenía sus propias reglas bajo las cuales se podía ofrecer espectáculos que era imposible de ver con las leyes imperantes.

Atravesamos pistas inmaculadas, postes de luz sobrios y elegantes, un tren aéreo para recorrer todo el resort, jardines preciosos, de pronto la entrada a una zona de cocodrilos y al fin dimos con nuestro alojamiento, el Cabanas, que no teníamos ni la menor sospecha de cómo sería y menos que estuviese en este lugar. Sospecho que nos cobraron más de lo debido, pero en fin, ya no teníamos a dónde ir, estaba oscuro y lloviendo. En ese momento creo que estábamos más cerca de Gaborone, Botswana, que de Pretoria.

Todo el hotel estaba adornado con faroles rojos, estábamos en la celebración del Año Nuevo Chino y por supuesto había mucho asiático por todos lados.


Llegamos a la habitación y con tanto alboroto alrededor decidimos salir inmediatamente para enterarnos bien de qué era Sun City, así que nos dirigimos a información y nos dieron un mapa, oh, oh, y tres veces oh; el lugar tiene 4 hoteles, casino, centro de entretenimiento, una súper sala de espectáculos, golf, playa! es decir piscina con arena blanca mar azul, con olas!

Existe un tren aéreo y buses que pasan cada 15 minutos para trasladar a las personas, todo de manera gratuita, pero como la lluvia arreció preferimos ir en carro y así conocer a nuestro ritmo.

El primer lugar que quisimos conocer fue el Palace of the Lost City, no sabíamos qué era, pero con un nombre tan sugerente nos atrajo y llegamos a las inmediaciones; una fuente dorada nos dio la bienvenida y luego un vigilante nos dio la despedida, pues era un hotel, con todas las estrellas posibles y para entrar había que hacer una reserva con anticipación, desde el hotel o desde el centro de entretenimiento.

Volvimos a la ruta y fuimos hacia el centro de entretenimiento, pasamos debajo de un puente con elefantes y leones, justo como el que vimos en las fotografías y partimos a su búsqueda. Paseamos por todo el centro de entretenimiento que además tiene tiendas, enormes salas de conferencias, cafés, pizzerías y restaurantes con comida muy variada, pero no encontramos el famoso puente, hasta que al fin nos dieron la dirección del Puente del Tiempo.


Es alucinante, todo hecho de piedra, con elefantes a los lados, con sonido tenebroso que lleva hacia unas puertas enormes que dan a una plaza, desde allí se puede llegar a la piscina-playa. Esa noche estaba muy oscura, con lluvia, truenos y relámpagos y de pronto una persona nos habló, nos asustamos un poco, pero se trataba del vigilante, que nos saludó y nos informó que el puente tiembla cada hora, vimos el reloj y eran cerca de las 9:30pm, nos miramos la cara y decidimos dar una vuelta y volver a las 10:00pm. Así lo hicimos, la lluvia estaba cada vez más fuerte, menos mal que yo tenía la ropa adecuada y Héctor el paraguas; pero, dieron las 10:10 y nada y decidimos partir; de pronto se prendieron las luces de unos leones y macacos enormes, la música se puso más tribal, las luces cambiaban de colores, empezó a salir humo y ... efectivamente el puente tembló. Para hacerlo una vez es muy recomendable... pero nosotros repetimos al día siguiente.

Muertos de hambre, terminamos en el único restaurante que estaba abierto, comimos sanguches y nos fuimos agotados a dormir.

Al día siguiente desayuno-buffet, paseo por el complejo, cada uno de los hoteles cuenta con piscinas, áreas enormes para niños y hasta un pequeño zoológico, donde los animales más grandes son las cabras, al menos en nuestro hotel.

Nuevamente, llegamos hasta el puente del tiempo y volvimos para hacer el check out y luego partir hacia lo que tanto queríamos, ver animales en el Pilanesberg.